El diagnóstico precoz es fundamental en el caso de los cánceres de mama, ya que afecta tanto al tratamiento como al pronóstico. El cáncer de mama es el más frecuente en la mujer afectando a 1 de cada 10, principalmente entre los 45 y 65 años de edad. En pacientes más jóvenes también hay tumoraciones que deben diagnosticarse y que, en ocasiones, precisan estudio con punciones, biopsias o tratamiento quirúrgico; en otros casos sólo precisan de control y seguimiento.